TEMA 3.- MICENAS

Actividad de lectura

La última dinastía propiamente aquea fue fundada por Atreo, cuyo segundo hijo se llamó Agamenón. Las dudas sobre la autenticidad de esta postrera familia real se han disipado gracias a los hallazgos arqueológicos del último siglo y medio, que confirman mucho de cuanto se relata en el primer gran poema de Homero, la Ilíada.

Agamenón y Orestes fueron con toda probabilidad los últimos monarcas aqueos del Peloponeso, antes de la invasión de los dorios. El mito griego, en este punto, es ya realidad, casi historia.

Atreo estableció su capital en Micenas, no muy lejos de Nauplia, en una colina sobre las llanuras argólidas. Y en tiempos de Agamenón, alrededor del 1200 a.n.e., la dinastía atrida dominaba todo el Peloponeso. En Esparta, por ejemplo, gobernaba el rey Menelao, hermano de Agamenón y marido de Helena, la mujer que, según Homero, provocó la guerra de Troya.[...]

Cuando reinaba el penúltimo de los Atridas, Creta, su principal rival en el Mediterráneo, ya había sido sometida y conquistada por los aqueos.

Javier Reverte, Corazón de Ulises


Máscara de Agamenón. Micenas, s. XVI a.n.e.
 Imagen de DieBuche en Wikimedia. Licencia CC

Las más antiguas historias de la mitología están llenas de venganza, de traiciones y de sangre. La historia de la casa real de Micenas es quizá la que se remonta a los primeros hombres. Dos generaciones antes de Atreo comienza una historia terrible que solo acabará con el último miembro de la dinastía. Entonces los dioses se relacionaban con los hombres. La historia de los Atridas es un ejemplo de maldición que persigue a una familia generación tras generación. La culpa de un crimen contra los dioses, cometida por Tántalo, abuelo de Atreo, condena a un destino trágico hasta al último de sus descendientes.
Tántalo, rey de Frigia, que se relacionaba de tú a tú con los dioses, quiso poner a prueba la sabiduría de estos. Los invitó a un banquete en su palacio y les hizo servir la carne de su propio hijo, Pélope, al que había descuartizado. Los dioses se dieron cuenta del engaño y rechazaron la comida, horrorizados. Zeus precipitó a Tántalo a los infiernos, donde padece una perpetua hambre y sed, mientras manjares y bebidas que sus manos no pueden alcanzar giran a su alrededor.
Los dioses devolvieron la vida a Pélope, que fue el primer rey y dio su nombre al Peloponeso ("la isla de Pélope"). La maldición continuó en sus hijos, Atreo y Tiestes. La esposa de Atreo, Aérope, engañaba a su marido con su propio hermano, Tiestes, e incluso conspiró para que Tiestes consiguiera el reino de Micenas, que correspondía a Atreo. No lo consintieron los dioses y Atreo, para vengar el adulterio y la intriga, cometió un crimen parecido al de Tántalo: sirvió a Tiestes la carne de sus propios hijos. Solo se salvó la más joven, Pelopia.
Tiestes acudió al Oráculo para averiguar de qué forma podría tomar a su vez venganza. Y el Oráculo le respondió que, para conseguirlo, debía yacer con su propia hija. Así lo hizo, violándola en plena noche, para que ella no supiese que su propio padre había cometido aquel horrible acto. Meses más tarde nacería Egisto.
Agamenón, hijo de Atreo, sería finalmente asesinado por Egisto, hijo y nieto de Tiestes, a su vuelta de Troya. Clitemnestra, su esposa, ayudó al asesino: vivía con él desde poco después de comenzar la guerra de Troya. Orestes, su hijo, daría muerte a los adúlteros.

1. El período micénico


En el segundo milenio a.n.e. Micenas (Μυκῆναι en griego antiguo) era una fortaleza militar que dominaba gran parte del sur de Grecia. El sitio, actualmente un yacimiento arqueológico, está situado a 90 km al sudoeste de Atenas, en el nordeste de la península del Peloponeso. Se han encontrado restos de este periodo histórico también en las ciudades de Tirinto y Pilos.


                                                  Mapa del mundo micénico
                                                                               Imagen de Mailema en Flickr. Licencia CC

1.1. Un arqueólogo loco

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Esta es la historia de un hombre al que sus contemporáneos tacharon de chiflado porque creía que las historias de Homero eran ciertas.
Heinrich Schliemann (1822 -1890) ha sido uno de los más famosos arqueólogos de todos los tiempos y, desde luego, quizá el más inspirado de todos ellos.
Nacido en una familia prusiana muy humilde , heredó de su padre la pasión por los textos de Homero, en particular por la Ilíada. Él le contaba, como si de cuentos se tratase, las gestas de Aquiles y Héctor, le hablaba de la soberbia de Agamenón y del amor de Paris y Helena. Desde pequeño creyó que aquellas historias habían sido ciertas, aunque muy lejos, en el espacio y en el tiempo. Ningún historiador les daba crédito. Pero, al contrario de lo que suele suceder con un niño que termina por saber que los cuentos son cuentos, Schliemann mantuvo toda su vida su fe en la realidad de esos relatos.
No pudo continuar sus estudios mucho tiempo. A los catorce años comenzó a trabajar de dependiente para ayudar a la maltrecha economía familiar. Compaginó su trabajo con el aprendizaje de idiomas, para los que tenía una capacidad innata, al igual que para los negocios. En pocos años logró amasar una fortuna y dominar casi todas las lenguas de Europa. Viajó muchísimo, fijó su residencia en diferentes países, aumentando cada vez más sus conocimientos y su patrimonio. Se casó con una aristócrata rusa, pero en su matrimonio no tuvo éxito.
Tras unos años en Estados Unidos, y tras una grave enfermedad, volvió a Europa y retomó sus antiguas inclinaciones: realizó estudios de Ciencias de la Antigüedad y Lenguas Orientales en la Sorbona (París).
Cerca ya de los cincuenta años, llegó a su destino: Grecia. Se divorció de su esposa rusa y se buscó una griega, Sofía. Guiado por los textos de Homero llegó a Hissarlik (Turquía), decidido a demostrar que Troya había existido, y no solo en la imaginación de Homero. Tras innumerables intentos que sin duda habrían desanimado a cualquier persona menos entusiasta, su piqueta al fin tropezó con un pedazo de lo que alguna vez había sido Troya. Schliemann distinguió diversos estratos en la excavación de las ruinas de Troya, correspondientes a distintas fases de ocupación de la ciudad. Inicialmente creyó que el estrato Troya II era la Troya cantada en la Ilíada. Descubrió preciosas joyas que pensó que habían pertenecido a Helena, y con ellas retrató a su esposa. Después, siguiendo las huellas de Agamenón, marchó a Micenas. Nuevamente le sonrió la fortuna, que suele favorecer a los hombres tenaces y arriesgados. La máscara de Agamenón, el tesoro de Atreo... Todos son nombres que él dio a los objetos y a los lugares que iba descubriendo en Micenas, donde solo se había excavado antes la puerta de los leones y las murallas ciclópeas..
Aquí tienes un vídeo que reúne imágenes de los restos arqueológicos de Micenas:

2. Texto griego: el juicio de Paris


Eris, la "Discordia", entregó una manzana como premio para la más hermosa entre Hera, Atenea y Afrodita, pidiéndole al pastor Paris que actuase como juez. Paris eligió a Afrodita, sobornado por la promesa de obtener a Helena de Troya como recompensa. La consecuencia fue la guerra de Troya, y de ese modo en el mito griego las manzanas están asociadas con la tentación, la transgresión y la adquisición de éxito y poder.

Rowena y Rupert Sheperd: Lo que significan las formas en el arte y el mito. Barcelona, 2002

 κρίσις τοῦ Ἀλεξάνδρου

I

ἔστιν ὅτε οἱ θεοὶ καὶ οἱ ἄνθρωποι οὐ συνοικοῦσιν. οἱ θεοὶ ἔν τῷ Ὀλύμπῳ, οἱ δὲ ἄνθρωποι ἐν τῇ γῇ οἰκοῦσιν. ἀλλὰ ἐνίοτε οἱ θεοὶ καὶ οἱ ἄνθρωποι γάμον ἑορτάζουσιν.

πότε δὲ ἐν τῷ γάμῳ ἡ ἔρις περὶ τῆς εὐμορφίας ἐν ταῖς θεαῖς ἐστίν. αἱ γὰρ θεαὶ τὴν νίκην ἐθέλουσιν. ἀλλὰ οἱ θεοὶ ταῖς θεαῖς τὴν νίκην οὐ παρέχουσιν ὅτι οἱ θεοὶ τὰς θεὰς δείδουσιν.

En la siguiente información encontrarás una versión en español, palabra a palabra, del texto griego. Te distinguimos con colores diferentes algunas funciones sintácticas para facilitar la comprensión de la historia que se cuenta.

Vamos a prestar una especial atención a dos complementos: el complemento directo, cuya función ya conoces; y el complemento circunstancial, que añade una especificación de tiempo, lugar, modo, cantidad, causa, finalidad, etc. Es frecuente que, como en castellano, los sintagmas que desempeñan la función de complemento circunstancial estén presentados por una preposición.

ἡ κρίσις τοῦ Ἀλεξάνδρου

El juicio de Alejandro (Paris)

I

- ἔστιν ὅτε οἱ θεοὶ καὶ οἱ ἄνθρωποι οὐ συνοικοῦσιν.
Es cuando los dioses y los seres humanos no conviven.

El verbo de esta oración (συνοικοῦσιν) es intransitivo, por lo que no necesita de ningún complemento para expresar su acción completa.

- οἱ θεοὶ ἐν τῷ Ὀλύμπῳ, οἱ δὲ ἄνθρωποι ἐν τῇ γῇ οἰκοῦσιν.
Los dioses en el Olimpo, y los seres humanos en la tierra habitan.

En griego, los casos acusativo, genitivo y dativo pueden expresar las circunstancias en que se desarrolla la acción verbal. Y es muy frecuente la presencia de preposiciones. Los dos sintagmas que desempeñan la función de complemento circunstancial de lugar en esta oración están formados por una preposición y un sustantivo en caso dativo.

- ἀλλὰ ἐνίοτε οἱ θεοὶ καὶ οἱ ἄνθρωποι γάμον ἑορτάζουσιν.
Pero alguna vez los dioses y los hombres una boda celebran.

Generalmente se considera que los complementos siempre están desempeñados por sintagmas con un sustantivo o un adjetivo; sin embargo, podemos considerar que los adverbios, como ἐνίοτεtambién cumplen la función sintáctica de un complemento circunstancial.

πότε δὲ ἐν τῷ γάμῳ ἡ ἔρις περὶ τῆς εὐμορφίας ἐν ταῖς θεαῖς ἐστίν.
Pero una vez en la boda la disputa sobre la belleza entre las diosas es.

En esta oración encontramos hasta cuatro complementos circunstanciales; el primero, desempeñado por un adverbio temporal (πότε) y los demás por sintagmas preposicionales. Fíjate que el tercer complemento es un sintagma compuesto por una preposición y el sustantivo en genitivo (τῆς εὐμορφίας).

Recuerda que la conjunción δέ siempre se escribe en segundo lugar, pero se traduce en el primer lugar de la oración.

- αἱ γὰρ θεαὶ τὴν νίκην ἐθέλουσιν.
Pues las diosas la victoria quieren.

- ἀλλὰ οἱ θεοὶ ταῖς θεαῖς τὴν νίκην οὐ παρέχουσιν ὅτι οἱ θεοὶ τὰς θεὰς δείδουσιν.
Pero los dioses a las diosas la victoria no dan porque los dioses a las diosas temen.

Te hemos destacado en esta oración un nuevo tipo de complemento, el complemento indirecto, que expresa el beneficiario o destinatario de la acción verbal; como puedes observar, este complemento se expresa con el caso dativo.

Traducción. Es cuando los dioses y los seres humanos no conviven. Los dioses habitan en el Olimpo, y los seres humanos habitan en la tierra. Pero alguna vez los dioses y los hombres celebran una boda.

Pero una vez en la boda la disputa sobre la belleza es entre las diosas. Pues las diosas quieren la victoria. Pero los dioses no dan la victoria a las diosas porque los dioses temen a las diosas.

II

ἔπειτα δὲ οἱ θεοὶ τὸν ἄγγελον εἰς τὴν γῆν πέμπουσιν. ὁ ἄγγελος μόνον κοῦρον εὑρίσκει. ὁ κοῦρος σὺν τοῖς ἀνθρώποις οὐ συνοικεῖ, ἀλλὰ μόνος ἐν τῇ ὕλῃ οἰκεῖ· ὁ Ἀλέξανδρος μόνος κοῦρος ἐστί καὶ ἡ κρίσις περὶ τῆς εὐμορφίας τῷ Ἀλεξάνδρῳ ἐστίν.

ἥκουσι οὖν αἱ τρεῖς θεαί· ἈθηνᾶἭρα καὶ Ἀφροδίτη. καὶ σὺν ταῖς θεαῖς ὁ τῶν θεῶν ἄγγελος ἥκει. ἡ Ἀθηνᾶ τῆς σοφίας θεά ἐστιν, ἡ Ἥρα τοῦ γάμου θεά ἐστιν καὶ θεὰ τῆς εὐμορφίας καὶ τοῦ ἔρου ἡ Ἀφροδίτη ἐστίν.

τέλος δὲ ὁ κοῦρος τὴν Ἀφροδίτην ἐκλέγει καὶ ἡ θεὰ δῶρον τῷ κούρῳ παρέχει· τὴν καλλίστην κόρην, Ἑλένην.

En este texto centraremos nuestra atención en dos nuevos complementos: el complemento indirecto (que expresa al destinatario del beneficio o daño de la acción); y el complemento del nombre, un sustantivo que modifica a otro sustantivo y que se escribe en caso genitivo.

II

- ἔπειτα δὲ οἱ θεοὶ τὸν ἄγγελον εἰς τὴν γῆν πέμπουσιν.
Y después los dioses al mensajero a la tierra envían.

Recuerda que tanto los adverbio (ἔπειτα) como los sintagmas preposicionales (εἰς τὴν γῆν) pueden cumplir la función de complemento circunstancial.

- ὁ ἄγγελος μόνον κοῦρον εὑρίσκει.
El mensajero a un solitario muchacho encuentra.

Observa que los verbos transitivos (εὑρίσκει) necesariamente deben tener un complemento directo (μόνον κοῦρον).

- ὁ κοῦρος σὺν τοῖς ἀνθρώποις οὐκ συνοικεῖ, ἀλλὰ μόνος ἐν τῇ ὕλῃ οἰκεῖ·
El muchacho con los seres humanos no convive, sino que solitario en el bosque vive.

- ὁ Ἀλέξανδρος μόνος κοῦρος ἐστί καὶ ἡ κρίσις περὶ τῆς εὐμορφίας τῷ Ἀλεξάνδρῳ ἐστίν.
Alejandro es un solitario muchacho y el juicio sobre la belleza para Alejandro es.

Fíjate que en esta oración hay dos palabras en genitivo: τῆς εὐμορφίας. Sin embargo, no desempeñan la función de complemento del nombre porque están acompañadas de la preposición περί.

- ἥκουσι οὖν αἱ τρεῖς θεαί· Ἀθηνᾶ, Ἥρα καὶ Ἀφροδίτη.
Así pues vienen las tres diosas: Atenea, Hera y Afrodita.

La conjunción οὖν también se escribe en segundo lugar pero se traduce al principio de la oración.

- καὶ σὺν ταῖς θεαῖς ὁ τῶν θεῶν ἄγγελος ἥκει.
Y con las diosas el de los dioses mensajero viene.

Es necesario llamar la atención sobre la colocación del complemento del nombre en genitivo, τῶν θεῶν; como los adjetivos, lo normal es que aparezca delante del sustantivo al que modifica (ἄγγελος). Pero cuando este sustantivo está acompañado del artículo, el complemento del nombre se sitúa entre el artículo y el sustantivo: ὁ τῶν θεῶν ἄγγελος.

- ἡ Ἀθηνᾶ τῆς σοφίας θεά ἐστιν, ἡ Ἥρα τοῦ γάμου θεά ἐστιν καὶ θεὰ τῆς εὐμορφίας καὶ τοῦ ἔρου ἡ Ἀφροδίτη ἐστίν.
Atenea de la sabiduría diosa es, Hera del matrimonio diosa es y diosa de la belleza y del amor Afrodita es.

Estas oraciones son copulativas, llevan el verbo ἐστίν. Recuerda que el complemento más frecuente de este verbo es el atributo y que podemos distinguirlo de los sujetos porque estos pueden llevar artículo (ἡ Ἀθηνᾶἡ Ἥραἡ Ἀφροδίτη) y el atributo nunca lo lleva (la palabra θεά, que aparece tres veces).

- τέλος δὲ ὁ κοῦρος τὴν Ἀφροδίτην ἐκλέγει καὶ ἡ θεὰ δῶρον τῷ κούρῳ παρέχει· τὴν καλλίστην κόρην, Ἑλένην.
Y finalmente el muchacho a Afrodita elige y la diosa un regalo al muchacho da: la más bella muchacha, Helena.

El sintagma que se encuentra detrás del punto alto (τὴν καλλίστην κόρην, Ἑλένην), es un modificador del complemento directo δῶρον; podemos considerar que, al ampliar su significado, sea una aposición.

Traducción.- Y después los dioses envían al mensajero a la tierra. El mensajero encuentra a un solitario muchacho. El muchacho no convive con los seres humanos, sino que vive solitario en el bosque. Alejandro es el solitario muchacho y el juicio sobre la belleza es para Alejandro.

Así pues las tres diosas vienen: Atenea, Hera y Afrodita. Y el mensajero de los dioses viene con las diosas. Atenea es diosa de la sabiduría, Hera es diosa del matrimonio y diosa de la belleza y del amor es Afrodita.

Y finalmente el muchacho elige a Afrodita y la diosa da un regalo al muchacho: a la más bella muchacha, a Helena.

2.1. Vocabulario

Vocabulario del texto griego sobre el Juicio de Paris
ἄγγελος ὁ mensajero
Ἀθηνᾶ ἡ Atenea
Ἀφροδίτη ἡ Afrodita
γάμος ὁ boda
δείδουσι temen
δῶρον regalo
ἐθέλουσι quieren
εἰςprep + Aca
Ἑλένη ἡ Helena
ἐνprep + Den, entre
ἐνίοτεadvalguna vez
ἑορτάζουσι celebran
ἔπειταadvdespués
ἔρις ἡ disputa, discordia
ἔρος ὁ amor
εὐμορφία ἡ belleza
ἥκει, ἥκουσι viene, vienen
Ἥρα ἡ Hera
καλλίστη la más bella
κρίσις ἡ juicio
μόνος solitario
νίκη ἡ victoria
Ὄλυμπος ὁ Olimpo
ὅτεconjcuando
ὅτιconjporque
παρέχει, παρέχουσι da, concede; dan, conceden
πέμπουσι envían
περίprep + Gpor, a causa de
πόλεμος ὁ guerra, lucha
πότεadvuna vez
σοφία ἡ sabiduría
σύνprep + Dcon
συνοικοῦσι conviven
τέλοςadvfinalmente
τρεῖς tres
ὕλη ἡ bosque

2.2. Gramática

Los casos

Hemos visto que el griego es una lengua flexiva, es decir, que los cambios en las terminaciones de las palabras, los llamados casos, sirven para designar distintas funciones sintácticas.
En griego existen en total cinco casos: nominativo, vocativo, acusativo, genitivo y dativo.

El nominativo (N) expresa la función de sujeto; debe coincidir en número y persona con el verbo. Esta coincidencia se llama concordancia:

ὁ ἄγγελος ἥκει ("el mensajero viene").

Por concordancia, también el atributo se expresa en nominativo. Si la función de atributo la desempeña un adjetivo, concuerda con el sujeto en género, número y caso; pero si la desempeña un sustantivo, la concordancia es sólo en caso:

ἡ Ἥρα θεά ἐστιν ("Hera es una diosa").

El vocativo (Voc) se utiliza para llamar la atención o invocar. Su forma suele coincidir con la del nominativo y generalmente va acompañado de una interjección. Aunque todavía no hemos visto ninguno, aquí tienes un ejemplo:

ὦ θεά ("¡oh diosa!")

El acusativo (Ac) tiene como función principal la de complemento directo. Si designa a una persona, en castellano empleamos la preposición "a" para diferenciarlo del sujeto:

οἱ θεοὶ τὰς θεὰς δείδουσιν ("los dioses temen a las diosas").

El genitivo (G) expresa el complemento del nombre, es una función en la que coincide con el adjetivo. Lo traducimos por medio de la preposición "de":

ἡ Ἀθηνᾶ τῆς σοφίας θεά ἐστιν ("Atenea es diosa de la sabiduría").

El dativo (D) se usa para expresar la función de complemento indirecto. Se traduce con las preposiciones "a" o "para":

ἡ θεὰ δῶρον τῷ κούρῳ παρέχει ("la diosa da un regalo al muchacho").

El artículo

Ya sabemos que el griego posee un artículo determinado que acompaña a los sustantivos, con los que concuerda en género, número y caso. Por ello, si reconocemos la forma del artículo, sabremos el caso del sustantivo y la función que desempeñan juntos. Observa las formas del artículo masculino y femenino. El único caso que el artículo no tiene es el vocativo.

 singularplural
masculinofemeninomasculinofemenino
nominativoοἱαἱ
acusativoτόντήντούςτάς
genitivoτοῦτῆςτῶντῶν
dativoτῷτῇτοῖςταῖς

El griego, en cambio, no tiene artículo indeterminado; así, cuando un sustantivo no está acompañado de artículo, el sintagma se traduce en castellano con un artículo indeterminado:

οἱ θεοὶ καὶ οἱ ἄνθρωποι γάμον ἑορτάζουσιν ("los dioses y los seres humanos celebran una boda").v

Las preposiciones

Aunque el griego es una lengua flexiva, utiliza con frecuencia preposiciones para marcar las circunstancias en las que transcurre la acción verbal. Son tres los casos que admiten usos preposicionales: acusativo, genitivo y dativo.

Veamos las que han aparecido en los textos que acabamos de leer y los casos que llevan:

Acusativo

εἰς = "a, hacia" οἱ θεοὶ τὸν ἄγγελον εἰς τὴν γῆν πέμπουσιν ("los dioses envían al mensajero a la tierra").

Genitivo

περί = "sobre" ἡ κρίσις περὶ τῆς εὐμορφίας τῷ Ἀλεξάνδρῳ ἐστίν ("el juicio sobre la belleza es para Alejandro").

Dativo

ἐν = "en" οἱ δὲ ἄνθρωποι ἐν τῇ γῇ οἰκοῦσιν ("pero los seres humanos viven en la tierra").

ἐν = "entre" πότε δὲ ἐν τῷ γάμῳ ἡ ἔρις περὶ τῆς εὐμορφίας ἐν ταῖς θεαῖς ἐστίν ("una vez en la boda la disputa sobre la belleza es entre las diosas").

σύν = "con" ὁ κοῦρος σὺν τοῖς ἀνθρώποις οὐκ συνοικεῖ ("el muchacho no convive con los seres humanos").

2.3. Etimología


La palabra crisis procede del griego κρίσις, que como has visto significa "juicio"En castellano tiene el significado de "cambio brusco". Otras palabras como crítica o criterio conservan mejor el sentido original de la palabra:
  • Críticaexamen y juicio acerca de alguien o algo.
  • Criterio: juicio para discernir, clasificar o relacionar una cosa.
La palabra arqueología procede de ἄρχαιος (antiguo) y λόγος (estudio). La definición que nos da el DRAE es: Ciencia que estudia lo que se refiere a las artes, a los monumentos y a los objetos de la antigüedad, especialmente a través de sus restos.
Arcaico es un adjetivo que se aplica a lo muy antiguo o anticuado.
Arcaísmo es otra palabra que procede de ἄρχαιος y se refiere a palabras que ya están en desuso, pero que podemos encontrar en textos literarios como recurso expresivo o incluso en el habla corriente, en zonas rurales o en boca de personas ancianas.

Ejemplos de arcaísmo serían palabras como: máxime, asaz, cabe (preposición), do, otrora... Estos son sus significados:

  • máximeen primer lugar, principalmente, sobre todo.
  • asaz: bastante.
  • cabe: junto a.
  • do: donde.
  • otrora: en otro tiempo.

3. El juicio de Paris y sus consecuencias

Tetis era una bellísima nereida a quien Zeus deseaba. Advertido de que no debía unirse a ella, ya que cualquier hijo que ella tuviera sería más poderoso que su padre, decidió entregarla a un mortal, Peleo
Todos los dioses fueron invitados a la boda, excepto Eris, la diosa de la Discordia, que habría estropeado la fiesta. Ofendida, apareció en el convite, y arrojó a los pies de la diosa una manzana de oro con la siguiente inscripción: "para la más bella". Tres diosas se la disputaron: Hera, Atenea y Afrodita. Y Paris, hijo de Príamo, el rey de Troya, fue llamado para juzgar la belleza de las diosas y dar la manzana a la vencedora.
Las diosas, mientras mostraban sus cuerpos a Paris, trataron de ganar su voto con sobornos: Atenea le ofreció el poder en la batalla, ser el más valiente de los mortales; Hera le prometió el gobierno de todas las tierras de Europa y Asia; Afrodita, la mano de Helena, famosa en todo el mundo por su belleza. Y con este soborno ganó la manzana. 

El problema es que Helena era una mujer casada, pero eso no preocupó a Paris, que pensó al momento que podía raptarla. No pensó tampoco en las consecuencias: Helena era la esposa de Menelao, rey de Esparta, que sin duda no permitiría tamaña ofensa. Y su hermano era el poderoso Agamenón. Por otro lado, Atenea y Hera, las diosas a quien despreció, iban a ser sus enemigas en el futuro. La imagen de Helena le hizo preferir el amor al poder y las riquezas, aunque eso causase la ruina de su propia ciudad. Partió hacia Esparta. Menelao lo agasajó durante nueve días, pero tuvo que partir a Creta para asistir a los funerales por la muerte de su abuelo. Afrodita hizo que Helena se enamorase apasionadamente de Paris, y pronto cayó en sus brazos. La flota troyana estaba preparada para la huida. Partieron durante la noche. Al tercer día llegaron a Troya, que recibió a Helena como a una diosa, asombrada por su belleza.


                                                          Enrique Simonet: El Juicio de Paris
                                                                         Imagen en WikimediaDominio público

Lee el siguiente párrafo y rellena los espacios en blanco:

 fue el primer rey de Grecia, y su nombre sirvió para dar nombre a la península del Peloponeso. Tuvo dos hijos,  y  , que se disputaron el trono de Micenas. Fue  quien finalmente consiguió reinar, y sus hijos,  y  , fueron reyes, respectivamente, de Micenas y  .  consiguió la mano de la bellísima Helena.
 
Pero los dioses tenían otros designios.
 
En la boda de  y Peleo, la diosa  , que no había sido invitada, tiró una manzana de oro con la inscripción "para la más bella" a los pies de las diosas que estaban presentes. Tres diosas se disputaron el título, y  , llamado para decidir quien era la diosa más hermosa, eligió a  , que le había prometido el amor de Helena, por encima de  y  , que le habían ofrecido poder, bravura y riquezas.

Resumen


Micenas (Μυκῆναι) era una ciudadela en el Peloponeso que dominó gran parte del sur de Grecia. Era una civilización guerrera y sus ejércitos eran mercenarios que combatían en cualquier lugar del Egeo. Tenía un alto nivel administrativo como demuestran las tablillas escritas en griego con los caracteres del Lineal B.

Las fortalezas estaban rodeadas de murallas ciclópeas. En Micenas se conserva la Puerta de los Leones, el Círculo A de tumbas y varios tolos, monumentos funerarios en forma de falsa colina. El arte micénico parte del cretense; se han encontrado numerosas piezas cerámicas y joyas, sobre todo en entornos funerarios. Hacia el 1200 a.n.e. la ciudadela fue arrasada y ya nunca fue reconstruida. Otras ciudades del período fueron Tirinto y Pilos. Su historia está ligada a la de su descubrimiento por Heinrich Schliemann, un arqueólogo que, inspirado por la lectura de Homero, logró localizar y excavar las antiguas Troya y Micenas.


                                                                    Heinrich Schliemann en laPuerta de los leones
                                                                                      Imagen en WikimediaDominio público

Funciones de los casos

En griego existen cinco casos: nominativo, vocativo, acusativo, genitivo y dativo.

  • nominativo (N): expresa la función de sujeto; debe coincidir en número y persona con el verbo. Esta coincidencia se llama concordancia. Por concordancia, también el atributo se expresa en nominativo: ἡ Ἥρα θεά ἐστιν ("Hera es una diosa").
  • vocativo (Voc): se utiliza para llamar la atención o invocar. Generalmente va acompañado de una interjección: ὦ θεά ("¡oh diosa!").
  • acusativo (Ac): tiene como función principal la de complemento directo: οἱ θεοὶ τὰς θεὰς δείδουσιν ("los dioses temen a las diosas").
  • genitivo (G): expresa el complemento del nombre: ἡ Ἀθηνᾶ τῆς σοφίας θεά ἐστιν ("Atenea es diosa de la sabiduría").
  • dativo (D): expresa la función de complemento indirecto: ἡ θεὰ δῶρον τῷ κούρῳ παρέχει ("la diosa da un regalo al muchacho").

El griego utiliza con frecuencia preposiciones para marcar las circunstancias en las que transcurre la acción verbal. Son tres los casos que admiten usos preposicionales: acusativo, genitivo y dativo.

Artículo

El griego posee un artículo determinado que acompaña a los sustantivos, con los que concuerda en género, número y caso. El único caso que el artículo no tiene es el vocativo.

El griego, en cambio, no tiene artículo indeterminado; así, cuando un sustantivo no está acompañado de artículo, el sintagma se traduce en castellano con un artículo indeterminado: οἱ θεοὶ καὶ οἱ ἄνθρωποι γάμον ἑορτάζουσιν ("los dioses y los seres humanos celebran una boda").

artículo
singularplural
masculinofemeninomasculinofemenino
nominativoοἱαἱ
acusativoτόντήντούςτάς
genitivoτοῦτῆςτῶν
dativoτῷτῇτοῖςταῖς

Mitos micénicos

En la cultura micénica tienen origen dos ciclos míticos relacionados entre sí: la venganza en la familia de los Atridas y la guerra de TroyaTántalo trató de engañar a los dioses ofreciéndoles en un banquete a su propio hijo Pélope. Tántalo fue uno de los pocos griegos que pagó su culpa con un castigo eterno en el inframundo. Y sus descendientes vivieron sucesivas traiciones y venganzas en su lucha por el trono de la ciudad. Atreo y Tiestes, primero; después Agamenón y su hermano Menelao frente a Egisto, hijo del proscrito Tiestes. Los dioses quisieron que Paris, uno de los hijos de Príamo, rey de Troya, raptara a la bella Helena que era esposa de Menelao. Este acto desencadenó una guerra en la que Agamenón, comandante de la expedición aquea, no dudó en sacrificar a su propia hija Ifigenia para ganarse el favor de los dioses. El dolor que este acto provocó en Clitemnestra, su esposa, desencadenó su furia; aliada con Egisto dio muerte a su marido cuando regresó victorioso de Troya. Pero el destino siguió adelante. Electra, la otra hija del matrimonio, convenció a su hermano Orestes para asesinar a su propia madre. Solo los dioses pusieron fin a tanto horror.

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